El temor a las arañas podría afectar nuestra percepción sobre su tamaño

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Muchas de las personas que guardan un temor a las arañas, podrían estar acostumbrados a escuchar de sus amigos y familiares, que su percepción sobre el tamaño de los arácnidos es exagerada. Y es que una investigación reciente realizada por científicos de la Universidad Ben-Gurion, sugiere que las personas con miedo a las arañas, perciben estos animales con un tamaño mayor al que realmente tienen.

El miedo a las arañas, conocido como aracnofobia, es la tercera fobia más común en los Estados Unidos, y afecta a más del treinta por ciento de los estadounidenses.

Mientras que la mayoría de las personas tiene una aversión a las arañas, las personas con aracnofobia pueden ser tan temerosas de estas criaturas, que experimentan una intensa ansiedad, ataques de pánico, aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión sanguínea, desmayos e incluso una pérdida de control en la vejiga.

Este temor puede provenir de una experiencia infantil negativa, que incluya una araña. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que debido al peligro que representaban las arañas para nuestros antepasados, muchos de nosotros hemos evolucionado para sentir la necesidad de escapar rápidamente cuando las vemos.

Para su estudio, los investigadores reclutaron a veintisiete estudiantes del sexo femenino. A todas se les pidió que rellenaran un cuestionario, para determinar su miedo a las arañas. Sobre los resultados, los participantes fueron asignados a dos grupos: aquellos con un alto temor a las arañas y los que tenían un temor bajo o moderado.

A continuación, los participantes debían estimar el ‘tamaño real’ de las arañas, en relación con otros insectos y animales. También se les pidió que informaran lo desagradable que cada imagen les hizo sentir. A diferencia de los participantes con un miedo bajo o moderado a las arañas, los que tenían un temor alto, estimaron el tamaño de las arañas significativamente más grande al de los otros animales.

Según el equipo, los resultados arrojan luz sobre cómo nuestras emociones influyen en la percepción del mundo real -en este caso, el tamaño- y muestran cómo cada uno de nosotros experimenta el mundo de una manera diferente.

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