Comer almendras podría ayudarnos a sentir menos hambre

Almendras disminuyen hambreUn nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Purdue, encontró que las personas que comen una vez al día, alrededor de cuarenta y dos gramos de almendras tostadas, ligeramente saladas, experimentan una reducción del hambre, una mejora en sus niveles de vitamina E y de las grasas monoinsaturadas (benéficas para el cuerpo). Todo esto sin un aumento en el peso corporal.

Ingerir alimentos entre comidas se ha vuelto una conducta casi universal en Estados Unidos, al grado en que al menos noventa y siete por ciento de los estadounidenses consumen al menos una comida extra al día.

En vista de la creciente frecuencia de este hábito, es cada vez más importante identificar aperitivos que representen un menor riesgo para el aumento de peso, al tiempo que puedan proporcionar beneficios para la salud.

Dicho de otro modo, comer bocadillos no siempre resulta en un aumento de peso, sólo es cuestión de seleccionar los alimentos indicados para obtener respuestas diferentes.

El estudio incluyó a ciento treinta y siete participantes adultos con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Todos ellos fueron divididos en cinco grupos, que consumieron diferentes cantidades de almendras tostadas. Los bocadillos de almendra debían comerse en promedio dos horas después de su última comida y dos horas antes de su próxima comida.

A los participantes no se les dio ninguna otra instrucción dietética que seguir los patrones usuales de alimentación y de actividad física durante cuatro semanas. La investigación sugería que las almendras podían ser un buen bocadillo, especialmente para quienes se preocupan por su peso.

Los resultados mostraron que la grasa monoinsaturada y la ingesta de vitamina E aumentaron significativamente en todos los grupos. Sin mencionar que los deseos de comer redujeron significativamente en los voluntarios. Y a pesar del consumo de doscientos cincuenta calorías que proporcionan los cuarenta y dos gramos de almendras, el peso corporal no aumentó entre los participantes.

El presente estudio proporciona evidencia sobre cómo puede aprovecharse el consumo de almendras para sustituir los aperitivos o bocadillos entre comidas. Sin embargo, el estudio fue de corta duración y no midió el efecto a largo plazo. Por lo que todavía serán necesarias investigaciones más profundas que contemplen otros criterios subjetivos, como la ingesta de nutrientes de cada participante y los efectos de las calorías reales.

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