Una persona que consume frutas y verduras de todo tipo, tiene un riesgo menor de desarrollar condiciones adversas para la salud. Numerosos estudios han sugerido que el aumento del consumo de alimentos de origen vegetal como los ejotes, reduce el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón.
Fertilidad: Para las mujeres en edad de procrear es benéfico consumir hierro de fuentes vegetales como las espinacas, frijoles, calabaza y ejotes. Un estudio de la escuela de Medicina de Harvard resalta la importancia de una ingesta adecuada de ácido fólico para las mujeres embarazadas, con el fin de proteger a sus hijos contra los defectos del tubo neural. Es importante mencionar que una taza de ejotes proporciona aproximadamente el diez por ciento de las necesidades diarias de ácido fólico y el seis por ciento de hierro.
Depresión: El consumir suficiente folato puede ayudar con la depresión. Dicho de otro modo, el consumo adecuado de folato puede evitar un exceso de homocisteína en el cuerpo, esto impide que la sangre y otros nutrientes lleguen al cerebro. El exceso de homocisteína puede interferir con la producción de las hormonas para sentirse bien, la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, que regulan el estado de ánimo, el sueño y el apetito, incluso.
Salud ósea: Una baja ingesta de vitamina K puede significar un mayor riesgo de sufrir una fractura ósea. El consumo adecuado de vitamina K mejora la salud de los huesos, al actuar como un modificador de proteínas de la matriz ósea, mejorar la absorción de calcio y la reducción en la excreción urinaria de calcio.
Es importante recordar que no son las vitaminas, minerales y antioxidantes en su forma individual, las que hacen a las verduras como los ejotes una parte tan importante de nuestra dieta; es necesaria una dieta integral y completa. Además, se ha demostrado una y otra vez que el consumo individual de estos nutrientes en forma de suplemento, no proporciona los mismos resultados.
